En los últimos 15 años en la Amazonía boliviana las
ONG, financiadas desde EE. UU., beneficiaron a empresas transnacionales
interesadas en la extracción de recursos bajo el pretexto de
medioambientalismo. Así lo dijo el ministro de la Presidencia boliviana,
Juan Ramón Quintana.
Además, el funcionario dijo que un 90% de las ONG recibe
dinero de la USAID ,
una agencia que proviene del país cuya línea medioambiental convive con masivas
emisiones de gases tóxicos y una alta producción de armas de destrucción
masiva.
El ministro exhortó a "desenmascarar la supuesta
filosofía filantrópica" y alertó que "algunas ONG desarrollan una
estructura de protección de ciertos territorios para un saqueo posterior"
de recursos, tanto en Bolivia como en el resto de América Latina.
Quintana dio un ejemplo de tales proyectos estructurales,
refiriéndose a la construcción de una polémica autopista a través del
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
En 2011, la
Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia emprendió una
multitudinaria marcha hacia La Paz
en protesta por la carretera, logrando promulgar la ley que estableció la
intangibilidad de la reserva. Sin embargo, en enero los indígenas habitantes
del parque, nucleados en el Consejo Nacional del Sur, hicieron otra marcha
hacia la capital para exigir la construcción de la carretera, ya que la iniciativa
crearía muchos puestos de trabajo y estimularía la economía de la región.
Recursos valen más que medio ambiente
Al mismo tiempo con la conservación de regiones, Washington
y sus brazos, las ONG, "promovió durante mucho tiempo proyectos energéticos
siempre pensando en el beneficio de EE. UU.", le dijo a RT Boris Miranda,
periodista de Página 7.
"Es lo que siempre le interesaba, aprovechar, por
ejemplo, los recursos hidrocarburíferos de Bolivia y también le interesaba
explotar la madera que existe en los bosques de Bolivia y han tenido poco
cuidado con el medio ambiente", afirmó.
Además, Miranda recordó que Chile también sufrido daños
provocados por el interés industrial de EE. UU. Se trata de "las minas de
cobre en el norte donde se ha dañado seriamente las reservas de agua y la salud
de los pobladores", mientras las empresas estadounidenses se llevaron el
85% de las ganancias.
"El discurso de conservación está atentando contra los
intereses de los habitantes de la región", sostuvo el periodista. Opinó
que es recurrente que los países latinos "sean un laboratorio para 'el
capitalismo verde', una política de injerencia dentro de América Latina".
El experto concluyó que con estos pretextos ambientalistas
EE. UU. "está tratando manejar una agenda en la cual podría sacar los
recursos naturales de Sudamérica, aprovechándose de pueblos indígenas y
comunidades campesinas".
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