martes, 11 de septiembre de 2012

OTRO INTENTO DE LOS EE UU PARA QUE LAS FF AA ARGENTINAS OPEREN TANTO CONTRA UN ENEMIGO EXTERIOR COMO CONTRA PRESUNTOS ENEMIGOS DEL INTERIOR DEL PAIS



Elsa Bruzzone
RECOPILACION  DE  INFORMACION  PROVENIENTE  DE  DISTINTAS  FUENTES ELABORADA POR  EL  CORONEL (R) JOSÉ  LUIS  GARCÍA Y  LA  PROFESORA  ELSA  BRUZZONE

La noticia fue impactante por lo inesperada. “Expertos” de los EE  UU en Seguridad Nacional, Guerra No Convencional y Operaciones de Información, intentarán “capacitar” a personal del Ministerio de Defensa como parte de un programa para  el empleo de las Fuerzas Armadas en el control de disturbios, las operaciones antidrogas y antiterroristas,  o  sea,  en  la  represión  de  la  protesta  social. Este hecho constituye un nuevo intento para dejar sin efecto la separación entre Seguridad Interior y Defensa Nacional  EXISTENTE  EN  NUESTRO  PAIS y reglamentada en sendas leyes, que fue tan difícil lograr a partir de 1983.
 Para ello impartirán una especie de cursillo sobre lo que crípticamente denominan “Lineamientos Estratégicos de la Defensa Nacional”, que  forma   parte del Programa Expandido de Educación y Entrenamiento Militar (Expanded International Military Education and Training, E- IMET) de la Defense Security  Cooperation  Agency  y  está   dirigido a países en los cuales “el programa de entrenamiento militar provoque muchas controversias”. La Argentina es uno de ellos porque las Leyes de Defensa Nacional, de Seguridad Interior y de Inteligencia Nacional, promulgadas durante las  presidencias de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa, respectivamente  y con amplio acuerdo multipartidario, separaron en forma clara ambas áreas y prohíben explícitamente el empleo de efectivos militares en cuestiones de seguridad interior.  Este intento norteamericano pretende traspasar ese límite  como ya ocurre en México,   Brasil,   América  Central,  Colombia y otros países de la Región.
 Los” instructores”  han sido  enviados por el Centro de Relaciones Civiles - Militares de la Escuela Naval de Posgrado, con sede en Monterrey, California,   organismo   creado en 1994 para reorientar a las FF  AA   de las nuevas democracias hacia las misiones que EE  UU  pretende  asignarles basado en los compromisos que surgen del TIAR para enfrentar lo que denominan,  a  partir de  1995,   “las nuevas amenazas continentales” que son :el terrorismo,  el  narcotráfico,  las  armas  de  destrucción  masiva,  las  migraciones  y  los  desastres  naturales.    A  ellos  se  han  agregado  las  pandillas juveniles.
Este “cursillo” ES UNA FORMA DE PREPARAR LAS MENTES PARA AFRONTAR EL ADOCTRINAMIENTO que  tendrá lugar entre el 7 y el 10 de octubre  próximos durante la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas,  en el marco del TIAR  (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) que se realizará en el hotel Conrad, Punta del Este, Uruguay. Uno de los ejes temáticos será el análisis de los conceptos de Seguridad y Defensa con un criterio amplio e integral. El documento preliminar también declara el propósito de “delimitar los ámbitos”. Lo que realmente estará en juego es suprimir  las diferencias entre ambos conceptos. La Argentina será el país relator sobre este tema, Guatemala y México los  correlatores  y Ecuador el moderador. Esto expresa las distintas posiciones que hasta ahora han dividido a la Región.
 Se discutirá además el “futuro de la misión y funciones de los instrumentos y componentes del Sistema Interamericano de Defensa”  (SIAD):   la Junta Interamericana de Defensa  (JID)  y  el  Tratado  Interamericano  de  Asistencia  Recíproca  (TIAR).   Se   han olvidado  de  un    instrumento básico:  la  OEA,  vetusta organización,  que  es  la  piedra  angular  del  SIAD.    Desde  la  JID,   órgano asesor del TIAR  y  actualmente   convertida  en  un inútil  Departamento  más de la OEA, EE  UU  trata de influir,  por ahora sin éxito, sobre los militares latinoamericanos.  En abril  de  este  año  se  llevó  a  cabo  el  encuentro   preparatorio  donde   la delegación brasileña propuso que la  JID pasara a actuar como Secretaría Ejecutiva de las Conferencias de Ministros de Defensa, redactara sus actas y fuera depositaria del registro, clasificación, distribución y almacenamiento seguro de sus documentos.   Estos  hechos  van  en  contra  de  los  lineamientos  y  objetivos  de  UNASUR,  del  Consejo  Sudamericano  de  Defensa  y del  Centro  de  Estudios  Estratégicos  de  la  misma  UNASUR.  Por  su  parte  Argentina,  a  través de  un  documento, demostró la inoperancia actual de este organismo burocrático que  siempre ha  sido  y  continúa  siendo   afín sólo con los intereses  de  EE  UU.
Los profesores del curso, Brigadier Mayor (R) Richard Goetze, veterano de los bombardeos sobre Vietnam,  Thomas  C.  Bruneau,  Profesor de Asuntos de Seguridad Nacional en la Escuela Naval de Posgrado, y la Coronela de la Fuerza Aérea  Anne Mc Gee,  postulan  la   intervención de las FF  AA  Latinoamericanas para  hacer  frente  a  las denominadas nuevas amenazas que   hemos  señalado  precedentemente. En  una  palabra:   en la Seguridad Interior y reprimiendo la protesta social.
 La realización del curso es una consecuencia de la gestión  del Viceministro del Pentágono para América Latina Frank Mora, quien se reunió con el Ministro de Defensa Arturo Puricelli  en varias oportunidades.  Mora había  tratado previamente de convencer al Canciller Héctor Timerman sobre la necesidad del empleo de las FF AA  para  enfrentar al “narcoterrorismo”, con  el  argumento de la corrupción policial.  Timerman le aclaró que era un error tratar de mezclar dos actividades distintas, y le  recordó que  en   EE  UU   está vigente la ley que prohíbe la  utilización  de fuerzas militares en cuestiones de Seguridad Interior.
En la  Reunión  de  Ministros de Defensa, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores de UNASUR, realizada  en  el  mes  de  mayo pasado  en Cartagena de Indias, Colombia,  se  reiteró además la necesidad de “distinguir el tratamiento de los asuntos de Defensa de los de Seguridad, independientemente de los ordenamientos jurídicos de cada Estado, así como contar con un ámbito específico para abordar las problemáticas delictivas comunes en la región suramericana diferenciado de los mecanismos militares  hemisféricos existentes”. Allí   la Ministra   de Seguridad  argentina  Nilda Garré  expuso sobre las diferencias entre Defensa y Seguridad y ratificó   que  la   Defensa se vincula con la política exterior, la soberanía y el territorio,  y  que  la Seguridad remite a “la paz social, la estabilidad institucional del Estado, el control del orden público y las debidas garantías a los derechos de los ciudadanos”.   Parece  que  los norteamericanos no tomaron nota de este claro pronunciamiento.
La Argentina mantiene una posición clara e irreductible al respecto   y   por ello apreciamos que el burdo intento de retrotraer a nuestras FF  AA a las absurdas funciones que les reservó la maldita Doctrina de la Seguridad Nacional   está condenado a un absoluto fracaso.
El Seminario se realizará durante toda la semana  de 14 a 18 horas  en la Sala Roca  del Edificio Libertador y la apertura estará a cargo del  mencionado Grupo Militar norteamericano.   Según información oficial estadounidense, el programa E - IMET fue creado para “educar a los amigos y aliados de Estados Unidos en el adecuado manejo de sus recursos de defensa”.
 La  política  exterior  con  respecto  a  lo  que  EE  UU  denomina  Hemisferio  Occidental,  es  decir  nosotros, es conducida desde el Pentágono, empleando para ello a las FF  AA con el falso argumento de combatir el contrabando, el narcotráfico y el terrorismo.  POR  ESTA  RAZÓN  ES IMPRESCINDIBLE  PARA ELLOS  UNIFICAR LA SEGURIDAD NACIONAL  Y LA SEGURIDAD INTERIOR EN UN SOLO CONCEPTO.  Nosotros sabemos a dónde nos llevó seguir estos falsos principios.
El periodista Horacio Verbistky,  en un artículo publicado en  el diario  “Página 12” en la  edición  del  domingo  9  de  septiembre  del  corriente  año, aclara esta posición de los EE   UU COMPARTIDA POR SUS SEGUIDORES VERNÁCULOS:
“El intento norteamericano de involucrar a las FF  AA en asuntos de  Seguridad Interior fue  evidente durante la presidencia de Fernando de la Rúa y el interinato del Poder Ejecutivo del ex Senador Eduardo Duhalde. Jaunarena, quien fue Ministro de Defensa de ambos y antes de Raúl Alfonsín, incluyó en la agenda de la Comisión de Seguridad de Diputados que integró en 2000, los cortes de rutas y lo que llamó “indisciplina social”, la interrupción de servicios públicos, catástrofes naturales y atentados terroristas. Ricardo López Murphy, quien precedió a Jaunarena en el mismo Ministerio, al inaugurar el Curso Superior de las Fuerzas Armadas de 2000, enumeró las “nuevas amenazas” que se cernirían sobre la sociedad. Entre ellas “la pobreza extrema, la superpoblación y migraciones masivas, el terrorismo internacional, el narcotráfico, el fundamentalismo religioso y las luchas étnicas y raciales.  Esto ha  revalorizado el poder militar dentro de las estructuras de las naciones, al tener que asumir nuevos roles y compromisos en el orden nacional”.  Añadió que los militares debían “comprender los cambios de la naturaleza del conflicto y la forma integral en que el instrumento militar contribuirá a apoyar la decisión política”. En 2002 Jaunarena y el Jefe del Ejército Ricardo Brinzoni  plantearon ante un auditorio de militares y empresarios, reunidos por Eduardo Menem y Roberto Dromi, la militarización de la Seguridad Interior y la intervención castrense en el conflicto social con la creación de un Superministerio de Defensa y Seguridad que también se encargaría del control de la criminalidad callejera, la documentación personal, las aduanas y las migraciones. Brinzoni expuso estadísticas sobre el incremento de delitos en zonas urbanas e identificó un área crítica, entre el sur de La Plata y el norte de Rosario, en la que viven diez millones de pobres. En 2010 Jaunarena y Dromi insistieron con una propuesta similar, patrocinados por el Cardenal Jorge Bergoglio.  Duhalde volvió a postular el empleo de las FF AA  en los asuntos de Seguridad Interior la Nochebuena de 2009. Propuso “declarar la emergencia nacional en materia de seguridad”, censar a los que llamó “jóvenes en riesgo”. Su objetivo era reeducar a “todos estos jóvenes que han cometido delitos, donde estaban antes los conscriptos”. En 2010 fueron los Senadores Ernesto Sanz y Laura Montero (UCR - Mendoza), Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Opositor, San Luis) y José Pampuro (FpV, Buenos Aires), quienes intentaron crear un Servicio Cívico Voluntario para “otorgar espacios de contención a jóvenes en situación de riesgo” y fomentar “la cohesión social”.
 La entonces Ministra de Defensa Garré consultó con el Ejército, que respondió que no tenía espacios, personal ni capacitación para esa extravagante tarea. En 2004 pude debatir en el programa de televisión Oppenheimer Presenta, con quienes eran Jefe del Comando Sur y Viceministro del Pentágono para América Latina, el General James T. Hill y Roger Pardo Maurer. Ambos agitaron los fantasmas del populismo radical, el terrorismo, el narcotráfico, la criminalidad organizada, el lavado de dinero y las pandillas urbanas, que “amenazan la seguridad de los EE  UU”. Les pregunté qué estaba haciendo el Ejército de EE  UU dentro de EE  UU  frente a esos problemas. Pardo Maurer enfureció. Dijo que era una pregunta tendenciosa, porque EE  UU  tenía “un sistema legal muy establecido”, donde las Fuerzas Armadas, la Policía y la Justicia tienen roles bien definidos, a diferencia de América Latina. Esta respuesta sería más difícil de sostener hoy, cuando el Capitolio votó una sección de la ley que autoriza los gastos de Defensa permitiendo que los acusados de terrorismo, aún norteamericanos y dentro de EE  UU, sean encarcelados por tiempo indefinido en prisiones militares, sin juicio alguno.”
En conclusión se puede apreciar que la posición de nuestro país en estos asuntos está perfectamente  establecida y el Gobierno Nacional defiende con vigor los principios sobre Defensa Nacional diferenciándolos de la Seguridad Interior.  Ahora apoyado por la posición claramente expresada por el Ejército.  Todo un logro del actual gobierno.
Decimos nosotros:   Todos estos hechos   suceden  porque aún la Argentina no ha denunciado   -  como ya lo han hecho otros países latinoamericanos  -    el ignominioso TIAR que permite el establecimiento del infausto SIAD a cuyo amparo se desarrollan estos increíbles cursos para mostrar como necesarios los aspectos más ruines y condenables de las relaciones interamericanas.  Sólo hay un camino:  denunciar y retirarnos del actual  SIAD   e impulsar a todo motor un nuevo sistema latinoamericano de defensa,  en el marco  primero de la UNASUR y posteriormente de la CELAC,  que asegure nuestra  definitiva independencia de los imperios de turno.   Vamos por buen camino; pero los tiempos deberían acortarse para suprimir de raíz estos absurdos intentos

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