martes, 21 de mayo de 2013

Como modifica el mapa energético el fracking



Un aumento mayor de lo esperado en las reservas de petróleo de esquisto de Estados Unidos está por cambiar el equilibrio global de poder entre los productores nuevos y existentes, según un informe.
A lo largo de los próximos cinco años, EE.UU. representará una tercera parte de los nuevos suministros de petróleo, tal como indica la Agencia Internacional de Energía (AIE).
EE.UU. pasará de ser el principal importador del mundo a un exportador neto.
Como resultado, la demanda por crudo de los países productores del Medio Oriente disminuirá.
"América del Norte ha desatado un impacto de oferta que envía señales a todo el mundo", dijo la directora ejecutiva de la AIE, Maria van der Hoeven.
El aumento en la producción estadounidense reconfigurará toda la industria, de acuerdo con la AIE, que formuló esta predicción en su reporte semestral, que examina las tendencias en abastecimiento y demanda de petróleo durante los próximos cinco años, un reporte seguido con mucho interés.
La AIE señaló que espera que EE.UU. supere a Rusia como el productor más grande de gas del mundo de aquí a 2015 y se convierta en "prácticamente autosuficiente" en sus necesidades de energía para 2035.
El aumento en la producción estadounidense implica que, nuevamente según el informe, la dependencia mundial en petróleo de países productores tradicionales en Medio Oriente, que forman la mayoría de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), terminará pronto.

El caso de Venezuela
Puede que sí, pero a largo plazo, según dicen algunos expertos. No sólo son países de Medio Oriente los que se verían afectados por estos cambios, sino ya en nuestra región, productores como Ecuador y Venezuela, también miembros de la OPEP.
Elio Ohep, editor de Petroleum World, una publicación especializada en el tema con sede en Caracas, comentó a BBC Mundo que "es muy pronto para decir exactamente qué incidencia puede tener hacia Venezuela, pues ese país ya lleva 10 años buscando otros mercados, principalmente China e India".
En ese sentido, Venezuela ya tiene empresas chinas e indias trabajando en la explotación de crudo en su territorio, lo cual, de momento, aminora el impacto que pudiera tener el incremento en la producción estadounidense.
Otro factor que hay que tener en cuenta con respecto a Venezuela es el discurso político del gobierno, desde Hugo Chávez hasta Nicolás Maduro, siempre antagonizando a EE.UU. como "el imperio", con frecuentes amenazas -no siempre veladas- de cerrar el suministro petrolero.
Ohep no cree que el gobierno venezolano se vaya a aprovechar de la producción estadounidense para cumplir sus amenazas, que hasta ahora no han pasado de la retórica.
"Por ahora es así, tenemos una de las empresas más grandes de distribución de gasolina en EE.UU. y tenemos varias refinerías con socios norteamericanos", afirma.

"El crudo que producimos actualmente ya está comprometido para esos mercados, pero en los últimos diez años hemos disminuido de más de 1,3 millones barriles a 700.000 barriles, casi la mitad, la exportación mensual a EE.UU.", precisa. "De aquí a 15 años eso puede bajar a 500 o a 300".
Según Ohep, lo que ha venido haciendo EE.UU. desde la década de 1970 es "buscar petróleo para independizarse", así que "el discurso político es una cosa y el discurso petrolero es otra", por lo que las consecuencias en otros países productores también se medirían a largo plazo.

Crecimiento lento
La producción estadounidense deberá crecer a ritmo de 3,9 millones de barriles diarios entre 2012 y 2018, lo cual cuenta por dos tercios del crecimiento pronosticado para la producción tradicional fuera de la OPEP, según la AIE.
Entretanto, la demanda global de petróleo subirá en 8% y será satisfecha principalmente por suministros ajenos a la OPEP.
La AIE aún espera que la capacidad de producción de los miembros de la OPEP en Medio Oriente continúe creciendo durante los próximos cinco años, pero más lentamente.
Se supone que la capacidad de la OPEP, un 35% a nivel global, aumente en 1,75 millones de barriles, para llegar a 36,75 millones en 2018, unos 750.000 barriles menos que lo predicho en el pronóstico de la AIE en 2012.
La AIE menciona la "creciente inseguridad en el África del Norte y subsahariana" a raíz de los levantamientos de la Primavera Árabe como la razón clave para la desaceleración.
"Las repercusiones regionales de la Primavera Árabe están afectando la inversión y la capacidad de crecimiento", dijo la AIE.

Fracturación hidráulica
El abrupto incremento en la producción petrolera estadounidense se debe mayormente al petróleo de esquisto, un producto que muchos consideran el salvador del mercado energético del país.
La fracturación hidráulica, el proceso de inyectar agua a presión en la roca de esquisto para liberar el petróleo o gas que contiene, se ha generalizado en EE.UU.
Pero los críticos señalan preocupaciones ambientales, como la posible contaminación del agua, la filtración de metano y, en menor medida, los tremblores causados por la perforación.
El proceso ha sido prohibido en Francia, en tanto Reino Unido levantó recientemente una moratoria a la perforación para obtener gas de esquisto

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