A 20 años del comienzo de la Revolución Zapatista, hace bien entender sus partes para darnos cuenta que esa patria hermana es la que deseamos Entender su fuerza, su dignidad, su valor es entender por qué existe la esperanza, el futuro, un mundo mejor. Estar sentados viendo como pasa la vida es estar muertos, estar de pie, andando y desandando los tiempos de cambio es vivir intensamente. Ven observa, conoce a un pueblo que dejo la quietud y se transformó en movimiento perpetuo. Hoy, aquí, allí, somo0s parte de Aguas Calientes, somos la democracia en rebeldía profunda, somos quienes derrotaremos al imperialismo construyendo ese nuevo orden social ambiental , más humano, solidario, respetuoso de todas las formas de Vida. Saber de Aguas Calientes es saber del Alma de los miles que son! saber de Aguas Calientes es redescubrir nuestra potencia vital y ser miles de millones empujando la necesaria y definitiva revolución planetaria.
Aquella madrugada era estruendosa; se
trataba de tzotziles, choles, zoques, mames, tojolabales, tzeltales,
todos tras un pasamontañas la madrugada del primero de enero con arma en
mano intentando tomar siete cabeceras municipales. Las imágenes eran
confusas, sin embargo, la Primera Declaración de la Selva Lacandona,
daba la vuelta al mundo.
“Somos producto de 500 años de luchas:
primero contra la esclavitud, en la guerra de Independencia contra
España encabezada por los insurgentes, después por evitar ser absorbidos
por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar nuestra
Constitución y expulsar al Imperio Francés de nuestro suelo, después la
dictadura porfirista nos negó la aplicación justa de leyes de Reforma y
el pueblo se rebeló formando sus propios líderes, surgieron Villa y
Zapata, hombres pobres como nosotros a los que se nos ha negado la
preparación elemental para así poder utilizarnos como carne de cañón y
saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos
muriendo de hambre y enfermedades curables, sin inmortales que no
tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni
trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a
elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin
independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y
nuestros hijos.”