martes, 24 de noviembre de 2015

Comida que cuesta vidas: Nestlé reconoce el uso del trabajo 'esclavo'




Una adolescente birmana trabaja en una fábrica de camarones en Samut Sakhon (Tailandia), 
abril de 2007 / Reuters / Adrees Latif
Una de las mayores compañías de alimentos del mundo, Nestlé, ha reconocido el alto nivel de abuso de los trabajadores en la producción de mariscos en Tailandia. La empresa ha anunciado las alarmantes conclusiones de la investigación del caso, de un año de duración.
El gigante alimentario puso en marcha la investigación en diciembre del 2014 después de la aparición de informes preocupantes provenientes de organizaciones no gubernamentales sobre las condiciones de trabajo brutales y no reguladas de las personas involucradas en la producción de mariscos en Tailandia. Estos empleados provienen de países vecinos más pobres como Birmania y Camboya y están expuestos a abusos laborales a gran escala, reveló la organización sin fines de lucro Verité, encargada por Nestlé para realizar la investigación.
Una adolescente birmana trabaja en una fábrica de camarones en Samut Sakhon (Tailandia), abril de 2007
Para su estudio, Verité entrevistó a más de 100 personas, entre ellas unos 80 trabajadores de Birmania y Camboya, así como a los propietarios de embarcaciones, los propietarios de granjas de camarón, supervisores de obra y representantes de proveedores de Nestlé. La mayoría de ellos han confirmado la violencia y el peligro que persisten en el sector pesquero tailandés. Los empleados trabajan sin descanso ni nutrición suficiente, además se registran desapariciones, así como la existencia de trabajo infantil.
En respuesta a la investigación de Verité, Nestlé planea publicar una estrategia detallada para el año 2016 con el objetivo de proteger a los trabajadores y se compromete a imponer nuevos requisitos para todos los proveedores potenciales y propietarios de embarcaciones sobre los derechos humanos, publican medios estadounidenses.
En agosto, la multinacional suiza fue demandada en una corte federal de Los Ángeles (EE.UU.) por adquirir más de 13.000 toneladas de materia prima para la elaboración de comida para gatos mediante un contrato con la compañía tailandesa Thai Union Fronzen Products, sospechosa de utilizar mano de obra esclava.



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