domingo, 20 de marzo de 2016

Con Macri, Argentina queda en manos de sus dueños, los monopolios

Un "anterior" Luis Majul, en las páginas de su libro dedicadas a los Macri relata los negociados de su controlada Manliba con la basura de la Capital Federal, incluso la firme versión de que Mauricio Macri habría pagado coimas a miembros del Concejo Deliberante para renovar el contrato. También se cuentan trapizondas de la familia Macri con Sevel-Fiat, automotriz que fue procesada judicialmente por contrabando de vehículos desde y hacia Uruguay, para cobrar también reintegro a las exportaciones.
Los que acompaña a macri para gobernan Argentina, representan, en realidad, alo peor del neoliberalismo internacional.

Por Emilio Marín. Gabinete copado por ex ejecutivos de empresas y bancos. La derecha neoliberal ganó las elecciones. Y con el voto de una ajustada mayoría,Mauricio Macri desembarcará en la Rosada rodeado de varios ministros y secretarios que vienen de empresas y bancos.
No se trata sólo de ministros. El propio Macri tiene esa marca de clase en el orillo, pues ocupó funciones ejecutivas en el grupo Socma (Sociedades Macri) antes de devenir en un político de derecha con asiento en la ciudad de Buenos Aires con el sello de Compromiso para el Cambio, luego PRO, Propuesta Republicana. MM ganó en 2007 la jefatura de gobierno, renovando esa credencial cuatro años más tarde; ahora en el balotaje se alzó con una espectacular victoria a nivel nacional. Por eso de desdibuja esa condición de miembro de la clase dominante que en realidad nunca perdió.
En los tiempos en que Luis Majul era un periodista que informaba sobre asuntos importantes del establishment, publicó “Los dueños de la Argentina”, de Sudamericana. En ese tomo, de marzo de 1992, dedicó varios capítulos a Socma, a Franco Macri y a su hijo Mauricio, y otros referidos a Amalia Lacroze de Fortabat (Loma Negra), Carlos y Alejandro Bulgheroni (Bridas), Roberto y Agostino Rocca (Techint) y Jorge Born (B&B).
En las páginas dedicadas a los Macri se relatan los negociados de su controlada Manliba con la basura de la Capital Federal, incluso la firme versión de que Macri hijo habría pagado coimas a miembros del Concejo Deliberante para renovar el contrato. También se cuentan trapizondas de la familia con Sevel-Fiat, automotriz que fue procesada judicialmente por contrabando de vehículos desde y hacia Uruguay, para cobrar también reintegro a las exportaciones.
Cuando el cronista fue a releer el libro de Majul se encontró con un recorte de La Voz del Interior usado como marcador. Era del 20 de marzo de 2000. Amarillento y todo permite leer que “la semana pasada el ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, envió una intimación a la empresa perteneciente al grupo Macri para que abone 170,4 millones de pesos del canon, el cual no abonó desde que comenzó la concesión”. Mauricio era el vicepresidente del Correo privatizado que no pagó canon y despidió miles de empleados.
Entre las páginas 177 y 182 Majul reproduce las preguntas que por escrito les hizo llegar a Macri padre e hijo sobre aspectos empresarios importantes para la obra. Ninguno respondió. Quien dio la cara de ese negativa fue uno de los funcionarios de relaciones públicas y prensa de Socma, Fernando Marín. Sólo por pura casualidad, este Marín -que nada tiene que ver con Emilio- es el funcionario que tendrá a cargo del “Fútbol para Todos”. Todo queda en familia.

Muricio Macri llega al gobierno con 80 millones de pesos

El empresario llegó bien forrado de pesos y dólares a la presidencia. El 8 de julio de este año una nota de “La Nación” firmada por Iván Ruiz, daba cuenta: “Macri declaró un patrimonio de $ 60 millones y casi 2 millones de dólares; el precandidato a presidente mantiene acciones en empresas por $ 27 millones”.
Si los 2 millones de dólares los cotizamos a un dólar de 10 pesos, y no al que tendrá, Macri de por medio, en pocos días, el patrimonio del electo supera los 80 millones de pesos. ¿En qué los tiene invertidos? Ruiz lo detalla: “préstamos por casi 30 millones de pesos, inversiones en negocios forestales y acciones en sociedades agropecuarias”.
Desde el punto de vista de sus declaraciones juradas, el presidente que viene, hipercrítico de la mandataria que se va, acumuló más dinero que ésta. Según Clarín, del 29/11/15, en artículo de Lucía Salinas, Cristina Fernández de Kirchner se está yendo de Balcarce 50 con un patrimonio de 64 millones de pesos.
Macri tiene más. Y quiere dar una imagen de transparencia, anunciando que pondrá ese capital bajo el envoltorio de un fondo fiduciario “ciego”, para que no se mezclen asuntos patrimoniales privados con su gestión pública. Chocolate por la noticia. ¿Por qué no lo hizo antes, si en estos ocho años fue jefe de gobierno de la ciudad más importante? En este lapso gran parte de sus negocios, inversiones inmobiliarias y préstamos los hizo con su amigo Nicolás Caputo.
Por otro lado, fuentes consultadas dicen que el mecanismo del “fiduciario ciego” es un verso. Según un estudio del Comité de Ética de los Estados Unidos, citado por la revista Fortune, de 100 senadores en ese país que decían utilizar ese método, sólo siete cumplían el procedimiento. Los demás tenían ojos y veían perfectamente la evolución de sus negocios. Es harto improbable que el de Macri vaya a estar dentro de esa ultra minoría que respeta a rajatabla el mecanismo.

Macri-Angelici-Boca

Su paso como presidente de Boca en los ’90 cimentó -junto con su actuación empresarial- las posibilidades políticas de Macri. Al club de la Ribera fue junto con otro ejecutivo de Socma, como Andrés Ibarra, que luego recuperó para el gobierno en la Ciudad y ahora llevará como ministro de Modernización al gabinete nacional.
Los tentáculos macristas en Boca fueron tan poderosos que incluso el año que ese club salió campeón, ese mismo día hubo elecciones para la Comisión Directiva y el presidente que había ganado el campeonato fue derrotado por el pistín de Macri. Era Daniel Angelici, un fuerte empresario del juego, una suerte de Cristóbal López del kirchnerismo.
Angelici está operando fuerte sobre el Poder Judicial, en particular jueces y fiscales federales, a estar de las críticas formuladas por Elisa Carrió, insospechada de tener afinidad con el kirchnerismo. Carrió le pidió al presidente electo que aleje a Angelici de esas movidas tribunalicias, pero es difícil que logre su cometido. La relación Macri-Angelici-Boca es muy estrecha, con influencia política y negocios compartidos, y con ejecutivos de Socma que tienen puesta esa camiseta, igual que su jefe.
Esta semana son las elecciones en la AFA y se verá -según quién gane, pero puede ser con cualquiera de los dos- si esa entidad se suma alegremente a la etapa macrista inaugurada el 22 de noviembre. Marcelo Tinelli dijo que también allí sonó el tiempo de “cambio”.

Los gerentes de Macri, cerca del zoológico de Buenos Aires

Con la foto de ayer en el Botánico, cerca del Zoológico -donde se habrían sentido más a gusto “gorilas” como Pablo Avelluto, de Cultura- quedó confirmado el gabinete que asumirá el 10 de diciembre. La única que habló fue la futura canciller, Susana Malcorra, para reiterar la posición de su jefe respecto a aplicar la “cláusula democrática” a Venezuela y suspenderla en el Mercosur, alegando violaciones a los derechos humanos. Todo, por supuesto, en fina sintonía con Washington.
Malcorra fue ejecutiva de IBM y luego CEO (Chief Executive Officer) de Telecom, y de allí saltó a las Naciones Unidas. Ahora hace el camino hacia la administración pública nacional, con la imborrable impronta de gerenta de multinacionales.
Y no luce como la peor de todas, porque ese lugar lo tiene ganado por un tiempo Alfonso Prat-Gay, procedente de JP Morgan, el banco que publicaba el terrorífico índice de “riesgo país” en la crisis de 2001. Hoy, Prat-Gay está investigado por las denuncias de 4.040 cuentas con 3.500 millones de dólares no declarados de particulares y empresas en el HSBC de Ginebra. Él era el apoderado allí de fondos de Amalia de Fortabat.
Las relaciones de otros ministros con el mundo empresarial son muy tupidas, casos de Guillermo Dietrich (Concesionarias autos, a Transporte), Juan José Aranguren (ex CEO de Shell, a Energía y Minería), Francisco Cabrera (ex AFJP Máxima, a Producción), Ricardo Buryaile (CRA, a Agricultura), Gustavo Lopetegui (ex CEO de LAN, a vice jefatura de Gabinete), Rogelio Frigerio (Consultora Economía&Regiones, a Interior), Hernán Lombardi (Empresas de turismo, a Medios).
Esa clara pertenencia de clase monopolista se reitera con la presidenta de Aerolíneas, Isela Costantini, hasta hoy la CEO de General Motors y hace dos semanas reelecta por sus pares como titular de Adefa.
Ese caso puede ilustrar las diferencias y coincidencias entre el gobierno que se va y el que viene. El de Macri, coloca directamente el gobierno en manos de gerentes y ejecutivos de grandes empresas extranjeras y nacionales. El de CFK, en cambio, les puso límites a esos intereses en cuanto al manejo gubernamental, lo que es una diferencia apreciable.
De todos modos, la administración kirchnerista tuvo muchas políticas concesivas hacia los monopolios. Por caso, en junio de 2009 concedió con fondos del Anses un crédito a General Motors por 70 millones de dólares, para su planta de General Alvear, cerca de Rosario. La artífice de ese plan automotriz, que la encumbró a nivel latinoamericano en la compañía, fue una tal Costantini, la misma que llevará el timón de Aerolíneas con un gobierno de signo muy distinto al que proveyó ese crédito. El cronista lo dijo entonces y lo reitera: que a General Motors “Argentina” le preste dinero su casa matriz de EE UU, no con los fondos de los jubilados. La GM fue beneficiada, igual que Fiat, que en noviembre de 2010 recibió 565 millones de pesos de créditos del Bicentenario. Cristiano Rattazzi (Fiat) se sacó una selfie el 22 de noviembre como fiscal de Macri. Así paga el Diablo. Después de doce años de kirchnerismo esto no puede ser visto como ingenuidad sino como un intento claudicante de atraer a los monopolios, durmiendo con el enemigo.

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